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Santa Afra
Santa Afra
Tradicionalmente Santa Afra ha tenido una gran devoción entre los gerundenses por su relación con San Narciso, patrón de Girona. Des de mediados del siglo XVIII hay indicios de pelegrinación al santuario. Según la tradición, a principios del siglo IV el obispo San Narciss y su diácono Sant Fèlix llegaron a la ciudad alemana de Augsburg donde encontraron hospedaje en la casa de Afra, mujer de religión pagana que habría estado devota de Venus. Habiendo conocido a San Narciso, Afra se convirtió al cristianismo. Al día siguiente, el prefecto de la ciudad, también pagano, en conocimiento de la estada de dos cristianos en casa d'Afra, ordenó que fuera quemada viva en un palo del río Lech. El martirio fue el 7 de agosto del 304, aunque en Sant Gregori se celebra su fiesta el 5 de agosto, coincidiendo con la fiesta de la Madre de Dios de las Nieves, que también se venera en el santuario.
Santa Afra es invocada contra el granizo y para la cura de diferentes enfermedades, especialmente de la piel: fiebres, tifus, viruela, charampión, roña, lepra y tumores diversos. En unos gozos antigos podemos leer:
"Paralítics i gravats
de ronya, sarna i gratella,
visitant vostra capella
en lo punt són deslliurats..."
La leyenda popular dice que en el día de su fiesta sucede un hecho muy curioso. Cuando los rayos de sol pican con más fuerza, los animales están tranquilos y quietos al aire librem confirmando el gozo popular que dice:
"En el acopio de Santa Afra ni las moscas ni las abejas pican"