Acopio de Santa Afra

Tradicionalmente Santa Afra ha tenido una gran devoción entre los gerundenses por su relación con San Narciso, patrón de Girona. Desde mediados del siglo XVIII hay indicios de peregrinaciones al santuario.

Según la tradición, a principios del siglo IV el obispo San Narciso y su diácono San Félix llegaron a la ciudad alemana de Asburgo donde encontraron hospedaje en la casa de Afra, mujer de religión pagana que habría sido devota de Venus. Habiendo conocido San Narciso, Afra se convirtió al cristianismo. Al día siguiente, el prefecto de la ciudad, también pagano, en conocimiento de la estancia de los dos cristianos en casa de Afra, ordenó que fuera quemada viva en un palo del río Lech.